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Joven junto a la ventana de su piso recién emancipada. | Foto de Freepik

Foto: Joven junto a la ventana de su piso recién emancipada. | Foto de Freepik

Emanciparse es un lujo: uno de cada cuatro jóvenes de 30 a 34 años vive con sus padres

ESADE ha realizado un informe sobre la juventud mediterránea frente a los desafíos de la crisis permanente.

ESADE ha realizado una investigación sobre los jóvenes de 18 a 34 años de España, Italia, Portugal, Líbano, Marruecos, Túnez y Jordania. El documento ofrece un presente lleno de amenazas, pero optimismo de cara al futuro, a pesar de los grandes retos que esta generación tiene presente, como la transición verde, la digitalización o una sociedad cada vez más envejecida.

Capacidad de ahorro de los jóvenes

El estudio revela que menos de la mitad de los jóvenes del área mediterránea (el 42% en España) consigue cubrir bien sus gastos básicos. Entre el 48% de los jóvenes españoles considera que no tiene capacidad de ahorro a largo plazo y el 40% encuentra dificultades para ahorrar a corto plazo.

Sólo el 30% se considera capaz de afrontar emergencias económicas.

Emancipación, no al alcance de todos

En los países del sur de Europa los jóvenes encuentran problemas a la hora de emanciparse. El 26,5% de las personas españolas entre 30 y 34 años aún vive con sus padres (el 50% en Túnez). La edad media para independizarse en España ronda los 28 años y el 66% de los jóvenes considera un factor de importancia “alta o muy alta” para no emanciparse la falta de ingresos, mientras que seis de cada diez jóvenes de España, Italia o Portugal citan la falta de capacidad de ahorros como un factor de importancia “alta o muy alta”.

La edad media para independizarse en España ronda los 28 años.

El alquiler es la forma más frecuente de vivienda en la mayoría de países (31% en España) y para la minoría que tiene vivienda en propiedad, el 65% lo consiguió en España gracias a la ayuda familiar. España, además, tiene la edad de compra de vivienda más alta de los países mediterráneos (25,3 años) mientras que Túnez es el país que la tiene más bajo, con 23,7.

Expectativas, ¿optimistas?

Los jóvenes consideran que el nivel de prosperidad de España no es bajo, pero está mal repartido.

Un 40% de los jóvenes encuestados ve de manera negativa el futuro de su país a 20 años, mientras que el 25,2% de los jóvenes españoles espera progreso. Y respecto a las perspectivas de futuro individuales y familiares, un 62% de los jóvenes españoles cree que su capacidad de gasto será “buena o muy buena”, pero solo un 11% considera que es “poco o nada probable” que pueda comprar una vivienda en la próxima década.

Preguntados por los retos clave para el futuro, como la digitalización, la descarbonización o el envejecimiento de la población, se ven frecuentemente más como oportunidades que como amenazas. En este sentido, y a la hora de buscar soluciones, la formación, tanto en el área tecnológica como en la descarbonización, es citada por la mayoría de los jóvenes.

Mejoras que demandan los jóvenes: formación y becas

El informe concluye con propuestas para atender las demandas de los jóvenes, entre ellas:

– mejorar los centros formativos
– apostar por tasas reducidas y becas basadas en renta
– fomentar la calidad académica y la investigación
– mantener actualizado el currículum
– adaptar la Formación Profesional a las necesidades del mercado
– ofrecer al alumno una orientación profesional optimizada y dinámica para reducir el abandono escolar temprano.

Además, los expertos consideran necesario aumentar la inversión en vivienda pública, e incentivar el sector privado simplificando licencias y ofreciendo incentivos para que los jóvenes puedan emanciparse.

La juventud frente a los desafíos de la crisis permanente en los países del Mediterráneo

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