Comer bien, hacer ejercicio, alejarse de los malos hábitos o ir al médico de vez en cuando, son factores que contribuyen a una vida larga y saludable. Ahora, un nuevo estudio realizado en la Universidad de Drexel (Filadelfia) en colaboración con la Universidad de Carolina del Norte ha identificado también un posible factor que escapa al control humano: el nivel educativo de los abuelos.
Existe una asociación significativa entre el nivel educativo de los abuelos y la edad «real» de sus nietos basada en la epigenética.
Esta investigación ha sido publicada recientemente en la revista Social Science and Medicine y destaca que existe una asociación estadísticamente significativa entre el nivel de educación de los abuelos y la edad «real» de sus nietos basada en la epigenética (la edad de un individuo según su perfil de salud y sus células).
El principal hallazgo del estudio se centra en que los nietos de abuelos con estudios universitarios mostraron un envejecimiento biológico más lento, que aquellos cuyos abuelos no se graduaron de la universidad.
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Estudio de cinco relojes de envejecimiento procedentes de la epigenética
El estudio se basa en cinco relojes de envejecimiento diferentes, todos procedentes de la epigenética. Estos relojes se miden con un hisopo de saliva para examinar un proceso biológico conocido como metilación del ADN, que cambia a medida que el cuerpo envejece, para predecir la edad de un individuo en función de su perfil de salud a nivel celular.
Los investigadores establecieron un vínculo entre cómo los factores sociales, los factores socioeconómicos y la adversidad infantil pueden influir de forma directa sobre la salud de las personas.
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Agus Surachman es el profesor que completó este estudio y destaca: «Sabemos por estudios realizados en animales que la salud se transmite a lo largo de varias generaciones, de abuelos a nietos. Pero ahora disponemos de datos sólidos sobre seres humanos que demuestran que no sólo los factores socioeconómicos de los padres influyen en la salud de sus hijos, sino que esa influencia se remonta a una generación más».
Los autores afirman que el nivel de educación de los padres es una métrica útil para medir el estatus socioeconómico de los niños en los primeros años de vida.
«Las ventajas socioeconómicas de los padres en la primera infancia pueden estar asociadas con un mejor perfil de salud de sus hijos a través de mecanismos epigenéticos, especialmente a través de la línea materna«, asegura Surachman.
We used data from three generations to examine transmission of socioeconomic advantages and its association with the ability to conserve biological aging:https://t.co/fhVbU82CbK
Summary of the study by @DrexelNews:https://t.co/LnlG3Yd7Oz@drexelpubhealth @DrexelUHC https://t.co/iBiPGrhIqA
— Agus Surachman (@agusurachman) August 27, 2024