El cuidado de los recién nacidos podría ser la razón que explica la inteligencia de la raza humana frente al resto. Así lo pone de manifiesto un estudio llevado a cabo en la Universidad de Rochester de Nueva York y publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Sobre la teoría de que la inteligencia humana podría haber evolucionado en respuesta a la demanda en el cuidado de los bebés, más inmaduros que los de otras especies, gira en torno este estudio cuya conclusión se basa en un modelo evolutivo en el que el desarrollo de elevados niveles de inteligencia pueden estar impulsados por las exigencias de la crianza del recién nacido.
Que los bebés nazcan más inmaduros que las crías de otras especies requiere de una mayor inteligencia de los padres, según el estudio
“Los bebés humanos nacen mucho más inmaduros que los de otras especies”, explica Celeste Kidd, profesora asistente en la Universidad de Rochester e investigadora, para poner como ejemplo que las crías de jirafa son capaces de ponerse de pie, caminar e incluso huir de los depredadores a pocas horas de nacer. Un bebé necesita 5.000 veces más de tiempo para lograrlo.
Como resultado, la crianza de los recién nacidos puede convertirse en un auto-refuerzo para desarrollar capacidades cognitivas cualitativamente diferentes a las de otros animales.
“Los seres humanos tienen una clase única de inteligencia”, explica Celeste Kidd
El estudio también puede ser clave en la explicación del origen de las capacidades cognitivas especiales del ser humano. “Los seres humanos tienen una clase única de inteligencia”, explica Kidd, “somos buenos en el razonamiento social y en la capacidad de anticiparnos a las necesidades de los demás y reconocer que esas necesidades pueden no ser las mismas que las nuestras”, para quien esto es de gran ayuda en el cuidado de un bebé que no es capaz de hablar durante un par de años.
Hay diferentes teorías de por qué los humanos son tan inteligentes, muchas de las cuales se basan en factores como vivir en un ambiente con dificultades o la caza en grupos, pero para los investigadores de la Universidad de Rochester, la clave es el nacimiento.
Más información:
Extraordinary intelligence and the care of infants. PNAS