El método del aprendizaje activo se ha convertido en la última década en toda una revolución en el mundo de la enseñanza. A través de este sistema de aprendizaje, el alumno deja de ser un sujeto pasivo que toma apuntes y escucha al profesor en clase, y se convierte en un sujeto activo, responsable directo de su aprendizaje.
Si bien es cierto que el método de aprendizaje activo se lleva aplicando desde hace años en las aulas de las principales universidades del mundo, ahora, la Universidad de Harvard ratifica los verdaderos beneficios de este método de enseñanza a través de un estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
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Con este método, aunque el alumno toma parte activa de su aprendizaje, el profesor, sin embargo, no pasa a un segundo plano. De hecho, su rol adquiere una gran importancia al ser éste el encargado de guiar y orientar a sus alumnos para que alcancen todos los objetivos de aprendizaje específicos.
Para demostrar los beneficios de este método de aprendizaje, Louis Deslauriers, Director de Enseñanza y Aprendizaje de Ciencias de Harvard diseñó un experimento en el que se expuso a los estudiantes a una clase de Física, en la que se combinaban las clases tradicionales con clases basadas en el método de aprendizaje activo.
Durante las primeras once semanas (de las 15 semanas programadas de clases) un instructor experimentado enseñó a los estudiantes utilizando los métodos estándar de aprendizaje. Sin embargo, en la semana doce cambió el sistema, y la mitad de la clase fue asignada aleatoriamente a un aula que utilizaba el aprendizaje activo, mientras que la otra mitad asistió a clases tradicionales.
Después de cada clase, se realizaron encuestas a los estudiantes para evaluar cuánto estaban aprendiendo. Cuando se analizaron los resultados de estas encuestas, los autores de este estudio descubrieron que los estudiantes sentían que habían aprendido más de las clases tradicionales, aunque, en realidad, obtuvieron mejores puntuaciones en las pruebas que se realizaron después de las sesiones de aprendizaje activo.
“El aprendizaje real y la sensación de aprender están fuertemente correlacionados. De hecho, en todos los cursos en Harvard que hemos empleado el método de aprendizaje activo, las evaluaciones generales del curso aumentaron”, asegura Deslauriers.
Según su autor, este estudio demuestra que es importante asegurarse de que, tanto los instructores como los estudiantes, no se dejen engañar pensando que los métodos tradicionales son la mejor opción de aprendizaje.
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