Dormir es imprescindible para rendir. La falta de sueño tiene efectos devastadores sobre nuestra memoria, capacidad de aprendizaje, energía y habilidades en general, además de afectar a nuestro estado de ánimo y ser uno de los causantes de la depresión.
El consenso general cifra entre siete y nueve horas la cantidad de sueño óptima para una persona adulta, pero las necesidades no son iguales para todo el mundo. El sueño está regulado por dos procesos, el circadianas y el homeostático, que interactúan para determinar cuándo nos entra sueño y cuánto dormimos.
El primero representa nuestro reloj biológico o cuándo nuestro cuerpo se predispone para dormir o nos envía señales para que nos vayamos a la cama. El segundo representa la presión del sueño acumulado por llevar mucho tiempo despierto, los esfuerzos realizados o no descansar de forma adecuada.
Curso de Coach en Tecnicas de Estudio a Distancia
Ambos están influenciados por factores internos, como los genes, y también por externos, como tu historial de sueño, el ejercicio que hagas, si estás enfermo… Y por supuesto tu actividad física y mental. En este sentido, estudiar es uno de los factores externos que más presión de sueño crea y cuanto mayor es ésta, más tiempo hay que dormir. Por eso mismo es normal que después de un examen necesites descansar más tiempo de lo normal, y no sólo porque apenas hayas dormido la noche anterior.
De hecho, esas noches en vela no son una gran idea si se hacen de forma continuada. Como estudiante necesitarás regular tu sueño para que esté entre las ocho y las nueve horas como poco si quieres mantener tu capacidad de aprendizaje y tu memoria al máximo.
Volviendo a las noches de vigilia para preparar ese examen que tienes al día siguiente, debes saber que tu cuerpo tiene un reloj biológico que te enviará señales para dormir en determinados momento y se activará en otros. Como respuesta a la oscuridad, nuestro cerebro procesa melatonina, que nos índice a dormir, pero curiosamente el mayor momento de alerta mental se sitúa entre las seis y las ocho de la tarde. Por el contrario, entre las cuatro y las seis de la madrugada es cuando más dormido estarás.
Quédate despierto estudiando toda la noche y el proceso circadiano te haráadormecerte cerca del ocaso, aguanta dos horas más y volverás a tener más energía. De hecho, a las 7 de la mañana es cuando mejor funcionará tu memoria.
Por último, si duermes pero no descansas, empieza por revisar el también en el que lo haces. Si hay demasiada luz tu sistema circadiano puede estar fallando.
Contenidos relacionados en Aprendemas.com:
Dime cómo escribes y te diré qué personalidad tienes