El nivel de competencias de la población en edad de trabajar y la posición relativa respecto a otros países desarrollados cobran especial importancia en una economía globalizada como la actual. Para ello, la OCDE realiza el estudio PIAAC (similar al informe PISA pero para adultos), que analiza las competencias básicas en lectura, matemáticas y resolución de problemas de la población en edad de trabajar (16 a 65 años).
En su última edición con datos de 2023, España se sitúa por debajo de la media y ocupa una de las últimas posiciones en los tres ámbitos:
– Lectura (con un índice de 247 frente al promedio de 260 de la OCDE)
– Matemáticas (250 y 263)
– Resolución de problemas (241 y 251)
Como en otros países, con el paso del tiempo se observa una mejora de competencias. Sin embargo, en España, esa mejora entre generaciones es de las más modestas. Las competencias en lectura del grupo de 25 a 34 años son solo 18,5 puntos superiores a las de los mayores (55 a 65 años), frente a un promedio de mejora de la OCDE de 30,4 puntos entre las dos cohortes. En matemáticas, las competencias han aumentado 13,2 puntos entre las dos generaciones, por debajo de los 25,7 puntos de media y, en resolución de problemas la diferencia de 17,4 puntos en España contrasta con los 29,7 de la media. En las tres competencias, España se sitúa en el grupo de cola de los cinco países que menos han mejorado junto a Estados Unidos, Suecia, Nueva Zelanda y Eslovaquia.

La brecha de competencias aumenta entre los más jóvenes.
Los datos muestran, además, un creciente alejamiento de España respecto a la media de los países de la OCDE, con una brecha en competencias que aumenta entre las generaciones más jóvenes. Así, en el caso de la competencia en matemáticas, la brecha respecto a la media de la OCDE es de -6,3 puntos para la cohorte más mayor (las personas de 55 a 65 años, que estudiaron la EGB), pero se triplica hasta los -18,7 puntos en el caso de la población de 25 a 34 años. Un patrón que siguen también las otras dos competencias.
«La importancia del sistema educativo es fundamental»
Las competencias dependen de múltiples factores, como las características personales y familiares o la actividad laboral, pero la importancia del sistema educativo es fundamental. Las diferencias de competencias entre países pueden atribuirse a la evolución de los niveles de estudios terminados (reflejo de la cantidad de educación y años cursados) o a las competencias alcanzadas a igual nivel de estudios (en las que influye la calidad de la formación recibida).
La información ofrecida por PIAAC por edad y nivel de estudios permite estimar las diferencias de competencias que corresponden a cada uno de esos dos componentes (efectos cantidad, como la diferencia que se obtiene suponiendo competencias por nivel de estudios como el promedio OCDE, y calidad, aplicando las competencias españolas por nivel de estudios a una composición educativa como la promedio en la OCDE).
Los resultados indican que las competencias entre generaciones han mejorado cada vez menos por el efecto de la calidad de la formación, es decir, a igualdad de estudios cursados, la mejora en competencias se va ralentizando. Por ejemplo, en el caso de las matemáticas, este efecto calidad comienza aportando una mejora de 3,8 puntos, pero acaba tornándose negativo (-1,2 puntos) para los más jóvenes. Sin embargo, el efecto cantidad aporta una mejora de 4,7 puntos en el caso de las generaciones mayores y, aunque se modera, continúa aportando 3 puntos entre los más jóvenes.
Educación Superior vs. abandono de estudios
El informe destaca además dos procesos que han actuado en sentido opuesto: el efecto positivo generado por el aumento de personas que completa la educación superior (universitaria y de formación profesional superior) se ha visto limitado por el efecto negativo de unas elevadas tasas de abandono temprano de la educación. En 2024, un 52,6% de la población de 25 a 34 años tenía estudios superiores frente a una media del 44,2% en la UE. Al mismo tiempo, todavía un 13% de los jóvenes de 18 a 24 años cuenta como mucho con enseñanza obligatoria y no está estudiando, frente a una tasa media de abandono del 9,3% de la UE.
Ausencia de una política educativa consensuada, coherente y sostenida en el tiempo.
Estos datos apuntan a la necesidad de realizar esfuerzos adicionales en formación y advierten de que las numerosas reformas educativas impulsadas a partir de los años 80, todas faltas de consenso, no han conseguido reducir la brecha con el resto de los países desarrollados.
La ausencia de una política educativa consensuada, coherente y sostenida en el tiempo (a diferencia de otros países como Finlandia) ha podido contribuir a los discretos resultados en adquisición de competencias básicas. En ese sentido, es preocupante que la diferencia en el efecto calidad respecto al promedio de la OCDE haya crecido a lo largo del tiempo. Mientras ese aspecto era favorable a España para la cohorte de 55 a 65 años, ha pasado a ser crecientemente desfavorable para las cohortes nacidas con posterioridad.
El papel clave de la FP
Recortar la brecha en competencias con los países de la OCDE puede requerir un esfuerzo adicional en escolarización en términos cuantitativos, algo factible, sobre todo, a través de la reducción de tasas de abandono educativo temprano hasta niveles similares a las de otros países. El impulso reciente y la modernización de los estudios de formación profesional pueden contribuir a ello, según el análisis de la Fundación BBVA.
Sin embargo, el ámbito en que la necesidad de actuar parece más acusada es la mejora de las competencias adquiridas en los diferentes niveles de enseñanza, todavía por debajo de la media de los países desarrollados. Aprovechar este margen de mejora requiere consenso y supone un reto para todo el sistema educativo.
Aunque España ya ha alcanzado niveles importantes de inversión en educación, los estudios indican que mejorar la calidad no depende tanto de invertir más, sino de factores más cualitativos. Entre ellos destacan:
– la selección y formación de los docentes
– el ambiente y la organización en los centros escolares
– el compromiso de los estudiantes
– la autonomía en la gestión de los colegios
La brecha en competencias básicas de la población española respecto a la media de la OCDE se ha triplicado desde la generación que se formó íntegramente con el modelo EGB.
Esta es la principal conclusión del último Esenciales de Fundación BBVA e @IVIE_news
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— Fundación BBVA (@FundacionBBVA) October 8, 2025