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Cinco sorprendentes factores que mejoran tu memoria

Cinco sorprendentes factores que mejoran tu memoria

Hacer ejercicio, respirar olor a romero o practicar sexo son algunos de los hábitos que pueden ayudar a aumentar la capacidad de recordar.

Mejorar la memoria es posible. Siempre que se habla de los métodos o prácticas para conseguirlo, se tiende a pensar en los típicos ejercicios de cálculo, juegos como el ajedrez, pasatiempos como los sudokus… Sin embargo, hay otros factores que influyen favorablemente en su desarrollo y que también están al alcance de tu mano y que, quizá, desconozcas. En concreto, hay cinco que se han comprobado que son muy útiles.

Romero: el olor a romero tiene un efecto positivo en la memoria porque ayuda a aprender mejor, según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Northumbria, en el Reino Unido. Una práctica que ya se utilizaba en la antigua Grecia –los estudiantes llevaban guirnaldas de romero-, y de la que se ha constado que funciona.

Y es que la investigación refleja que los alumnos que estudiaban en una habitación con aroma a romero tenían unos resultados entre un 5% y un 7% mejores en las pruebas de memoria, que se realizaron a 40 estudiantes de 10 y 11 años de edad. La clave está en que el olfato del ser humano es muy sensible y puede enviar mensajes al cerebro, que generan reacciones y respuestas.

Deporte: muchos son los beneficios de la actividad física en la salud –ayuda a prevenir el Alzheimer-, y también en el cerebro. Sin embargo, no todos tienen los mismos efectos sobre la memoria. ¿Cuál es el más adecuado? El ejercicio aeróbico como el que, por ejemplo, se realiza al caminar, montar en bici o correr.

Dos investigaciones publicadas recientemente en el British Journal of Sports Medicine y el Journal of Alzheimers, constatan su impacto beneficioso sobre el cerebro con tan solo realizarlo de forma periódica durante 45 minutos. Para que sus efectos se empiecen a notar, se debe realizar como mínimo durante tres semanas seguidas. Y, aunque todavía no están lo suficientemente claros los motivos por los que se producen estos beneficios, los investigadores creen que puede deberse al aumento del flujo sanguíneo que se produce durante la actividad física.

Dormir: tener un buen descanso es otro de los hábitos que redundan en un mayor bienestar y en una mejor salud. Pero no solo dormir por la noche es beneficioso, la siesta también lo es y sobre todo para mejorar la memoria, según un estudio de la Universidad de California Riverside en Estados Unidos.

El estudio realizado refleja que el sistema nervioso autónomo o vegetativo (SNA) –es responsable del control de las funciones corporales inconscientes como la respiración o los latidos del corazón-, tiene un papel clave en el proceso de convertir la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo mientras la persona está durmiendo.

En la investigación se realizaron dos pruebas de creatividad que tenían un componente de memoria entre las que los participantes durmieron la siesta. Los resultados reflejaron que quienes habían hecho la siesta tenían mejores resultados en los ejercicios y recordaban mejor las actividades. Además, pensaban con más flexibilidad y creatividad que el resto que no había podido dormir.

Humor: tener buen o mal humor también influye en el cerebro y en la memoria. Y es que un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur ha demostrado diferencias a la hora de pensar entre las personas según su estado de ánimo.

Por ejemplo, la investigación ha sacado a la luz que quienes están de mal humor tienen mejor juicio, impulsan su memoria, son menos crédulos, más críticos y prestan más atención a su entorno, aparte de tomar decisiones menos ágiles que estén basadas en prejuicios raciales o religiosos. También cometen menos errores cuando tienen que recordar un hecho que han presenciado, que quienes tienen buen humor. De esta manera, se comprueba que la tristeza favorece estrategias de procesamiento de la información, que son más adecuadas para hacer frente a situaciones más exigentes.

Sexo: sí has leído bien. Practicar sexo de forma frecuente favorece la memoria. Lo afirma un estudio de la Universidad de McGill, en Canadá, publicado en Archives of Sexual Behavior. La investigación ha hallado evidencias de que las mujeres jóvenes que tienen experiencias sexuales frecuentes mejoran su memoria.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores hicieron un seguimiento a 78 mujeres de 18 a 29 años de edad, quienes tuvieron que cumplimentar un cuestionario y hacer una serie de pruebas para medir su capacidad de recordar, por ejemplo, caras y palabras.

Los resultados mostraron que las mujeres que habían indicado que habían tenido relaciones sexuales con frecuencia obtuvieron una mayor puntuación en las pruebas que las que reconocieron una menor actividad sexual. Una mayor capacidad de recordar que se produjo tanto en el reconocimiento de rostros como de palabras, aunque fue más evidente en los vocablos.

La relación entre sexo y memoria puede encontrarse, según investigaciones previas, en que las prácticas sexuales pueden reforzar la neurogénesis en el hipocampo, que está involucrada en la retención de la memoria, sobre todo, en el caso de las comunicaciones verbales. Otras investigaciones también apuntan al esfuerzo físico que se realiza durante el acto sexual, que genera un aumento del flujo sanguíneo y del metabolismo.

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