Aprender idiomas puede influir en la manera en la que se procesa la música en el cerebro. Es la conclusión a la que se ha llegado en función de un estudio realizado por la Universidad de Helsinki (Finlandia) en colaboración con la Universidad de Normal de Beijing (China) y la Universidad de Turku (Finlandia).
Hasta ahora, diversas investigaciones habían demostrado que los hobbies relacionados con la música mejoran las habilidades del lenguaje y afecta al procesamiento del cerebro. Según el nuevo estudio también ocurre lo contrario: aprender idiomas extranjeros puede afectar al procesamiento de la música en el cerebro.
El estudio se realizó en escuelas chinas de Primaria a lo largo de un año escolar. Para ello se investigó a niños que asistieron a un programa de formación musical y otro aprendizaje del idioma inglés, a los que se les midieron las respuestas cerebrales asociadas al procesamiento auditivo antes y después de los programas, con el fin de compararlos con los de otros niños que asistían a programas formativos de otra índole.
Tanto la música como la adquisición del lenguaje modulan la percepción auditiva
Los resultados apuntaron que la asistencia al programa de aprendizaje de inglés mejoraba el procesamiento de los sonidos musicales relevantes, especialmente en cuanto a procesamiento de tono. Una posible explicación es el origen lingüístico de los niños que se sometieron al estudio, ya que la comprensión del chino se basa en gran medida en la percepción del tono.
En cualquier caso, los resultados apoyan la teoría de que las funciones cerebral musicales y lingüísticas están estrechamente vinculadas en un cerebro en desarrollo, ya que tanto la música como la adquisición del lenguaje modulan la percepción auditiva.
Los niños que participaron en el programa tuvieron la oportunidad de aprender a cantar tanto a partir de señas con las manos como con partituras, mientras que el programa de capacitación en idiomas se orientó al aprendizaje simultáneo del inglés hablado y escrito, teniendo en cuenta que la ortografía del inglés es radicalmente diferente a la del chino. Las sesiones se llevaron a cabo dos veces por semana, después del colegio, en las mismas instalaciones escolares y durante todo el curso, en clases con dos maestros y aproximadamente 20 niños.