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Concentrated dad and kids lying on carpet and painting doodles. Middle-aged father drawing with colorful pens and playing with cute children at home. Childhood, game activity and fatherhood concept

Foto: Concentrated dad and kids lying on carpet and painting doodles. Middle-aged father drawing with colorful pens and playing with cute children at home. Childhood, game activity and fatherhood concept

Científicos de la Universidad de Pensilvania proponen tipos de juegos para aprender en cualquier escenario posible

Investigadores proponen juegos activos y participativos donde los niños lideren las actividades en el supermercado, en el aula o en casa.

Tras años de investigación sobre el desarrollo cognitivo, los científicos resaltan la gran cantidad de conocimientos que los niños necesitan para crecer, aprender y progresar. Tras concretar en un nuevo estudio los pilares básicos del aprendizaje, los científicos ofrecen a los padres consejos sobre posibles juegos que pueden realizar con sus hijos.

Los niños de los países occidentales pasan el 20% de su tiempo en la escuela. ¿Dónde están el otro 80%? En casa, en el supermercado o en el parque, entre otros escenarios posibles. Ante esta evidencia, los científicos se preguntan cómo transformar estos espacios cotidianos para fomentar el aprendizaje lúdico. El objetivo es conseguir que se conviertan en lugares divertidos que apoyen el aprendizaje que se realiza en la escuela.

Pilares de aprendizaje

Estudios ya realizados han encontrado las características que debería tener cualquier experiencia lúdica para que el niño pueda convertirla en un aprendizaje. Estos pilares sugieren que las experiencias deben ser activas en vez de pasivas, atractivas, significativas, socialmente interactivas, desenfadadas y nada repetitivas.

La investigación, cuyos resultados han sido publicados en la revista Trends in Cognitive Sciences, analiza varios ejemplos de espacios en donde se podían implantar estos juegos basados en los principales pilares de aprendizaje. Teniendo en cuenta que cualquiera de estos escenarios podría ser trasladado al hogar, los investigadores han propuesto a los padres varios juegos con los que el niño puede aprender divirtiéndose.

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Juegos activos y comprometidos

Así, a veces es algo tan sencillo como potenciar el juego activo invitando al pequeño contar las manzanas en voz alta mientras el niño las pone en la bolsa del supermercado o preguntar en voz alta cuestiones al pequeño que empiecen por un “¿Qué pasaría si…?”. Por ejemplo, ¿qué pasaría si mezclamos la pintura azul con la amarilla?

Para conseguir un juego comprometido hay que eliminar las distracciones, como la televisión de fondo o el uso del móvil durante la interacción con el pequeño, con el fin de mantenerse concentrando e involucrarse en el juego con el niño.

Ayudar al niño a establecer conexiones le ayuda a una mejor comprensión.

Temas interesantes

Además, los científicos recomiendan aprovechar el entusiasmo del pequeño por un cierto tema para sugerir juegos relacionados con su objeto de interés. Por ejemplo, si le gustan los dinosaurios se le puede invitar a descubrir fósiles imaginarios o contar cuántos huesos tenían estos animales. Ayudar al niño a establecer conexiones le ayuda a una mejor comprensión.

Si se busca una mayor interacción los investigadores aconsejan dejar que su hijo lidere el tiempo de juego, limitándose el adulto a hacer una propuesta y posteriormente un simple acompañamiento. Así, se le preguntaría al niño, por ejemplo, ¿cuántos bloques crees que se necesitarían para construir una torre como tú?

Grandes pensadores

Por otra parte, los niños son, por naturaleza, unos grandes pensadores. Por ello, los científicos proponen a los adultos realizar juegos en los que se les dé a los pequeños la posibilidad de experimentar y equivocarse. Por ejemplo, inventar nuevas palabras para sus canciones favoritas.

Por último, los investigadores recomiendan que el juego sea lo más divertido posible. Y para ello se pueden introducir elementos sorpresa. Jugar con sombras y hacer que estas crezcan o disminuyan, jugar al veterinario con los peluches o con una simple caja de cartón podría ser un buen juego que proporcione al niño la felicidad necesaria para asimilar nuevos conocimientos.

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