El sistema de acceso a la función docente está en el punto de mira del Ministerio de Educación. El objetivo es modificarlo con el fin de “prestigiar la profesión” y que se puedan tener en cuenta los conocimientos y las aptitudes docentes tras haberse superado la formación práctica.
El propio ministro, Íñigo Méndez de Vigo, ha sido el encargado de dar a conocer esta propuesta en Santiago de Compostela, que se articularía en torno a un Programa de Formación Práctica (MIR) de dos años de duración. Un período en el que se trabajarían todas las funciones que están asociadas con la docencia.
De esta manera, se pretende que haya una primera prueba selectiva tras haber superado el proceso formativo inicial y finalizar los estudios de Grado y Máster de Profesorado. En ella, se tendrían en cuenta los conocimientos de la especialidad, así como todos aquellos vinculados con la organización curricular y escolar. También se valorarían las capacidades del docente en campos como la gestión de centros educativos, administración y legislación educativa.
Tras realizar esta formación y, siempre que la evaluación que se haya obtenido fuese positiva, se establecería la segunda prueba práctica u oposición en la que se comprobaría la aptitud pedagógica.
Un nuevo marco que se pretende que sea “estable, permanente y previsible, y con una carrera profesional basada en los principios de mérito y capacidad, y sujeta a evaluación”, en palabras del propio ministro.
Reacciones al MIR para profesores
Las reacciones ante este planteamiento no se han hecho esperar. Las primeras valoraciones realizadas por el sindicato CC.OO. inciden en que el acceso a la función pública docente ya incluye un período de prácticas una vez superado el concurso-oposición, lo que demuestra un “gran desconocimiento” por parte del ministro acerca de este sector.
Para el sindicato, la puesta en marcha de este MIR en educación, que sería similar al sanitario, conllevaría más precariedad y rotación en los centros educativos. “Detrás de esta iniciativa se esconde más temporalidad y menos salarios para el personal docente”, han añadido a través de un comunicado remitido a los medios de comunicación.
Frente a la propuesta ministerial, desde CC.OO. han asegurado que van a defender un sistema de selección con el que se permita demostrar los conocimientos, que ya vienen avalados por la titulación, y las competencias que un docente precisa para desarrollar la labor y las funciones propias de la tarea educativa.
El sindicato aboga por un sistema de ingreso a la función pública docente que se ajuste al modelo de un concurso-oposición y que comprenda unos puntos básicos como las capacidades didácticas y pedagógicas de las personas que participen en el proceso selectivo. Entre estas capacidades tienen que estar el trabajo en equipo, la aplicación de buenas prácticas, la empatía con el alumnado, la planificación y la organización del aula.
Además, se debe reconocer la experiencia docente, pero siempre garantizando el equilibrio para que puedan acceder candidatos que carezcan de ella previamente, y que tenga más peso el proceso de selección.
Precisamente, en esta fase –añaden desde la organización sindical-, es conveniente valorar el grado de implicación y compromiso para asegurar el derecho de todos los estudiantes a una educación de calidad, así como la capacidad para gestionar ambientes complejos y multiculturales en el aula. Igualmente, se debe avanzar hacia un aprendizaje en los alumnos que sea “comprensivo y sólido”.