¿Por qué se nos quedan las palabras atascadas 'en la punta de la lengua'?

Seguro que en más de una ocasión has vivido la desagradable experiencia de querer decir algo, y no encontrar la palabra adecuada en ese momento porque se te ha quedado atascada ´en la punta de la lengua´.

Este singular problema de localización de las palabras adecuadas es similar a cuando queremos estornudar y por un motivo u otro no lo conseguimos, ¿no es así?

Las investigaciones conductuales sugieren que las palabras que apenas utilizamos están en riesgo de no ser recordadas al tratar de verbalizarlas. Cuando no se utiliza a menudo una palabra, el acceso del cerebro a la estructura fonética de ella se debilita. Y sin acceso a los sonidos de una palabra, no se puede recuperar mentalmente la palabra.

Según Deborah Burke y sus colegas, cuanto más usas las mismas palabras, menos posibilidades hay de que se te olviden. Curiosamente, incluso usar los sonidos de una palabra en el contexto de otras palabras puede ayudar: Por ejemplo, decir las palabras «abadía» y «circo» regularmente hace que sea menos probable que se olvide la palabra «ábaco».

Por otro lado, según la doctora en Psicología Lise Abrahams, si decimos una palabrota se reducen las posibilidades de que olvidemos la palabra que va inmediatamente después. La doctora interpreta este hallazgo como un ejemplo de la Ley Yerkes-Dodson, que sugiere que hay una relación curvilínea entre la excitación y el rendimiento: Una cierta cantidad de excitación ayuda al rendimiento, mientras que demasiada excitación perjudica el rendimiento. Según Abrahms, la excitación que acompaña el decir palabras «tabú» cae dentro de ese rango óptimo para reducir los problemas de búsqueda de palabras.

Otro estudio de la Universidad de Burke considera que, a medida que envejecemos, es normal que se nos queden más palabras ´en la punta de la lengua´. Según este mismo informe, la dificultad que a veces tenemos para encontrar la palabra adecuada, no significa que las palabras se pierdan en nuestra memoria, ya que no hay evidencia científica de que perdamos vocabulario según nos vamos haciendo mayores.

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Sin embargo, este problema es más frecuente en las personas mayores porque, a medida que envejecemos, encontramos más problemas para manejar grandes cantidades de información en nuestra memoria, hecho que explicaría que en ocasiones no podamos encontrar la palabra que deseamos expresar.

Además, también se sabe que según nos vamos haciendo mayores, la fluidez verbal (el número de palabras que podemos decir en un tiempo limitado) también va disminuyendo progresivamente. Asimismo, este estudio apunta a que según vamos cumpliendo años y nos enfrentamos, por ejemplo, a la lectura de un texto complejo, nos cuesta más recuperar todos los nuevos conocimientos que hemos adquirido.

¿Existe algún truco para evitarlo? Según la investigación de la doctora Abrahms, recordar la sílaba inicial de una palabra es la clave para recuperarla. Encontrar la primera sílaba que está en la palabra que tienes en la punta de tu lengua, incluso si está dentro de otra palabra, te ayudará a recordarla. Por lo tanto, cuando estás buscando una palabra, en lugar de generar mentalmente palabras con la misma primera letra, que es lo que la gente comúnmente intenta, genera palabras con la primera letra y añádeles un sonido fonético. Por ejemplo, si no eres capaz de verbalizar la palabra «rosario», pero crees que la palabra en la que estás pensando comienza con la letra r, empieza a generar palabras que empiezan con ra, re, ri, ro y ru, con la esperanza de encontrar la sílaba que activará el recuerdo de «rosario».