Los quince mejores trucos para aprender idiomas

Los idiomas no son tan difíciles en realidad de aprender, aunque hay personas que sí es cierto que tienen más facilidad que otras para conseguir comunicarse y escribir en lenguas extranjeras. Este proceso de aprendizaje puede hacerse mucho más ameno y divertido y, sobre todo efectivo, con una serie de trucos y consejos que facilitan el aprendizaje.

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1.Intensidad: aprender un idioma debe hacerse de forma intensiva, es decir, es mejor dedicar varias horas al día durante pocas semanas que una o dos horas a la semana durante meses.

Ritmo biológico: para optimizar el aprendizaje, es mejor dedicar las horas en las que se está en mejores condiciones según el ritmo biológico de cada uno. De esta manera, una persona nocturna aprenderá mejor por la noche porque tiene el cerebro más activo, mientras que una diurna será más conveniente que estudie por la mañana.

Palabras: siempre es aconsejable aprender cuatro palabras nuevas cada día del idioma que se estudie. De esta manera, se puede ir aplicando el vocabulario poco a poco y de forma efectiva. Para que el proceso sea aún más fácil, es recomendable comenzar con los 100 términos más habituales en la lengua materna o que más se empleen en el día a día para ponerlos en práctica.

Ver y oír: de gran utilidad es ver películas o series de televisión en el nuevo idioma que se está aprendiendo, al igual que escuchar música. Los audiolibros son otra buena opción. Y, por supuesto, siempre hay que estar atento a lo que dicen los compañeros de clase. El aula es una excelente ocasión para escuchar.

Tecnología: las diferentes aplicaciones para aprender un idioma son realmente útiles. Dentro de las apps, algunas opciones son Bussu, Duolingo, Livemocha, Babbel o Anki, entre otras. Además, la ventaja es que se puede practicar en cualquier momento desde el smartphone, aprovechando por ejemplo un trayecto en autobús.

Google: aparte de las aplicaciones, el traductor de Google también desempeña una gran función para aprender el vocabulario y para disponer de un diccionario en el smartphone, que se puede consultar en cualquier momento.

Chatear: los chats son otra de las herramientas disponibles para aprender un idioma porque se puede hablar con personas nativas a través de él, obligándose a utilizar la lengua extranjera y a ampliar vocabulario para expresarse.

Pensar: uno de los mejores trucos para aprender un idioma es pensar en la lengua extranjera que se está estudiando. Al principio puede ser difícil, pero hay que forzarse comenzando con ideas sencillas como, por ejemplo, “voy a prepararme el café” o “voy a hacer la cama”.

Aficiones: una buena manera de integrar la nueva lengua extranjera es a través de los hobbies y aficiones que se tenga. De esta manera, se puede aprender el idioma, aumentar el vocabulario, aprendiendo términos específicos sobre esa actividad, y practicarlo habitualmente.

Estudiar: siempre que se vaya a acudir a las clases de idiomas, es conveniente estudiar previamente el tema que se vaya a tratar para así poder plantear dudas o bien tener conocimientos previos para aprovechar mejor la lección.

Repasar: también es importante que después de asistir a clase, se repase todo lo que se ha dado en el aula, sobre todo, el vocabulario y los apuntes que se hayan tomado. Si se han corregido ejercicios, igualmente, hay que volverlos a revisar, deteniéndose en las correcciones que se hayan tenido que hacer.

Hablar: es muy importante practicar la parte oral del idioma, teniendo que dejar a un lado el miedo a equivocarse. Hablar con los amigos, con la familia… es de utilidad, al igual que conversar con personas nativas o con profesores particulares.

Docentes: de forma periódica, es conveniente cambiar de profesores para conocer diferentes acentos y formas de expresarse como, por ejemplo, cuando se aprende inglés porque no es lo mismo la dicción americana, que la australiana, inglesa…

Metas: otra de las claves más efectivas para aprender idiomas es fijarse metas tanto semanales como mensuales, teniendo que recompensarse uno mismo una vez se hayan conseguido.

Metodología: todos estos consejos de nada sirven si realmente no se encuentra el método más adecuado para aprender según cada persona. ¿Cómo descubrirlo? Pensando en cómo se aprendió la lengua materna. Es decir, si utilizaban libros, la lectura puede ser una buena aliada.