A los padres que deseaban criar a hijos bilingües se les ha aconsejado desde hace tiempo que el padre les hablara en una lengua y la madre en otra. Pero una investigación de la Concordia University expone que estos consejos están desactualizados, ya que las madres tienen un mayor impacto en la exposición lingüística de los niños.
El estudio ha encontrado que en las familias de Montreal es común que ambos padres hablen en varios idiomas a sus hijos, a pesar de que en muchos ámbitos se aconseja que los padres no mezclen las lenguas y enseñen cada uno un idioma al niño. Con el fin de establecer las correspondientes conclusiones se estudiaron casi 300 familias bilingües entre 2013 y 2020, identificándose cuatro estrategias: cada progenitor enseña un idioma; ambos padres son bilingües; un padre es bilingüe y usa dos idiomas y el otro, uno; y solo hay un idioma en casa y otro fuera de ella, como por ejemplo en el centro de educación infantil.
Los niños necesitan estar entre 20 y 30 horas semanales escuchando cada uno de los idiomas que aprenden.
Los científicos establecieron que no hay una única estrategia que puedan considerarse mejor para criar a un hijo bilingüe. Cuando estudiaron el uso del lenguaje de los padres de forma individual en vez de estrategia familiar, los investigadores comprobaron que las madres tenían hasta el doble de impacto en la exposición al lenguaje de los hijos en comparación con los padres.
Así, los científicos señalan que, si en una familia la madre solo habla francés, el niño oirá mucho francés, pero si es el padre el único que habla este idioma, el niño lo oirá mucho menos. Así, la influencia de las madres se nota especialmente en las familias con lengua heredada.
Dentro de las casi 300 familias estudiadas, unas 60 utilizaban una lengua comunitaria (inglés o francés) y una heredada en el hogar, y en estos casos las madres eran, por lo general, las que transmitían la lengua heredada, incluso si ambos padres la hablaban. Así, los investigadores señalan que puede deberse a que las madres aún pasan más tiempo en casa que los padres o también a factores culturales relacionados con que las madres creen que es su responsabilidad transmitir el idioma.
En este sentido, los autores del estudio calculan que los niños necesitan estar entre 20 y 30 horas semanales escuchando cada uno de los idiomas que aprenden. Y en lugar de estresarse acerca de cuál es la estrategia que se debe utilizar, las familias pueden hacer un cálculo de quién pasa más tiempo con el niño y luego trabajar con el otro idioma para que el niño tenga suficiente contacto en cada lengua.
Por otro lado, los investigadores apuntan que estos hallazgos pueden tener un impacto real en los responsables de las políticas lingüísticas y aquellos profesionales que trabajan cerca de las familias bilingües proporcionándoles asesoramiento. Su consejo es optar por recomendaciones flexibles y centradas en cada caso particular.
New research from @ConcordiaU shows that mothers have double the impact on language exposure in bilingual families, challenging traditional parenting advice. Flexible, family-centered approaches are key to raising bilingual children. https://t.co/qZalK3BUaR
— ConcordiaU News (@ConcordiaUnews) December 10, 2024