La tecnología se ha convertido en una herramienta muy eficaz para facilitar el aprendizaje de una manera más entretenida y amena en los niños y los adolescentes. Sin embargo, su utilización también tiene alguna contrapartida más negativa cuando se emplea fuera del ámbito académico y se usan aplicaciones o plataformas que no han sido específicamente diseñadas para la formación.
Es el caso de las redes sociales o las plataformas de mensajería instantánea, como por ejemplo Facebook y Whatsapp, que cada vez son más utilizadas por los estudiantes y a una edad más temprana, cuando su formación en áreas como la ortografía no está finalizada.
El problema radica en que estos canales de comunicación son una vía a través de la que pueden aprender, aunque sea de manera inconsciente, palabras que no están bien escritas y que contienen faltas de ortografía. De hecho, es común que en sus mensajes aparezcan incorrecciones que, en general, se producen por la rapidez al escribir. Aparte, se utilizan abreviaturas, se acortan palabras, se empleen emoticonos… Por ejemplo, entre las faltas de ortografía más comunes se encuentran errores en la utilización de ‘a ver’ y ‘haber’, ‘a’ y ‘ha’, ‘ahí y ‘hay’…
Estas palabras con faltas de ortografía o expresiones erróneas son fáciles de reproducir gracias a la memoria visual, que hace que el niño o el joven las recuerde al verlas escritas y, en consecuencia, las interiorice y las reproduzca. Una retención en su mente que es mayor en verano, ya que es un período en el que se usan más las redes sociales y no leen tantos libros ni textos fuera de Internet al no ir a clase.
Ante esta situación, ¿qué puede hacerse? La respuesta, aunque parezca contradictoria, está en la tecnología y en esa memoria visual, que también permite interiorizar los aspectos positivos, es decir, las palabras y expresiones bien escritas y sin faltas de ortografía.
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Soluciones como Walinwa son de gran ayuda para favorecer el correcto uso del lenguaje y evitar los errores ortográficos. Su sistema se basa en la utilización precisamente de estas tecnologías a las que están habituados los niños y los jóvenes para que interioricen las palabras y expresiones correctas, aparte de mejorar su escritura.
Un proceso que se basa en métodos pedagógicos, que comprenden la observación, clasificación, pensamiento lógico, comparación y ordenación. Además, el sistema es bastante rápido porque tan solo se necesitan unos diez o quince minutos al día. Tras este tiempo para corregir la ortografía, los niños y jóvenes ya pueden después disfrutar de su verano.
Los contenidos de Walinwa están alineados con la asignatura reglada de Lenguaje y se emplean frases que están extraídas de obras literarias con el fin de fomentar a su vez el interés por la lectura. También disponen de un diccionario online. La propia plataforma informa a padres o tutores de los progresos que va realizando el niño para comprobar su evolución.
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