
Para llegar a estas conclusiones, el estudio, que recientemente ha sido publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, se basó en una práctica visual-espacial, como si fuera un juego de memoria. En ella, 40 niños en edad preescolar procedentes de seis escuelas del oeste de Massachussets veían una cuadrícula con imágenes que tenían que recordar.
La prueba se realizó con cada niño en varios contextos para comprobar el resultado sin dormir la siesta y tras haber realizado este descanso durante 77 minutos, siendo este el mismo período de tiempo que transcurría cuando estaban despiertos. Además, también se realizó al día siguiente para comprobar si el sueño nocturno afectaba al rendimiento.
Estas pruebas permitieron constatar que los niños olvidaron más imágenes cuando no habían dormido siesta, registrando una precisión del 65%. Sin embargo, este porcentaje se elevó al 75% cuando se había dormido.
Este resultado evidenció que los niños tenían un mejor rendimiento cuando habían dormido la siesta por la tarde y también al día siguiente, además de observar que este beneficio no se recupera con el sueño nocturno por lo que los niños que no echan la siesta no obtienen esta mejora en su aprendizaje al dormir por la noche.
Estas conclusiones también se obtuvieron al analizar las fases del sueño y el procesamiento activo de los recuerdos durante la siesta. Esta comprobación fue realizada con un grupo adicional de 14 preescolares que asistieron a un laboratorio del sueño en el que se les practicó polisommnografía para registrar los cambios biofisiológicos durante la siesta, que tuvo una duración de 73 minutos.
De esta manera, se pudo apreciar la existencia de una correlación entre el beneficio de la memoria durante la siesta y la densidad del sueño husillo, que se relaciona con la integración de nueva información.
¡Sigue a aprendemas.com en Facebook, Twitter, Tuenti y LinkedIn!
Noticias relacionadas en aprendemas.com:
La música que escuchan los padres influye en la memoria de los niños
La lactancia materna aumenta el cociente intelectual de los niños
Los bebés aprenden mejor sentados