Así al menos se ha constatado en el 82% de los casos en este estudio en el que igualmente se refleja que existe mayor riesgo de morir tras ser operado y en los siguientes 30 días conforme va avanzando la semana. Una relación por la que el mejor día para operarse es el lunes.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores del Imperial College de Londres analizaron datos de los hospitales públicos de Inglaterra entre los años 2008 y 2011, teniendo en cuenta más de 4,13 millones de cirugías programadas de varios tipos y las 27.582 muertes que sucedieron al mes siguiente de hacerse la operación.
Con esas cifras, los investigadores apreciaron que las probabilidades de morir dentro de los dos primeros días de la intervención eran similares para los viernes, si bien se observó un incremento del 2,67% para los procedimientos realizados en fin de semana.
Los investigadores explican esta relación entre la mortalidad y el día de la operación por el hecho de que los fines de semana hay una dotación más baja de personal y porque las primeras 48 horas de postoperatorio son clave en la mayoría de las intervenciones.
Este estudio sale a la luz justo cuando también se ha dado a conocer el informe de la Consulta Nacional de Clínicas de Investigación sobre las muertes en preoperatorio en el que figura que menos de la mitad de los pacientes de alto riesgo que fallecieron habían recibido una atención aceptable. Una conclusión ante la que se pone de manifiesto la necesidad de mejorar la atención en este grupo de pacientes.
Estos resultados no han sorprendido a los investigadores, ya que se demuestra que los pacientes que tienen una elevada carga de comorbilidad, es decir presencia de una o más enfermedades además de la primaria, y mayor número de ingresos previos tienen más riesgo de mortalidad durante el fin de semana.
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Imperial College de Londres