Tripulante de cabina de pasajeros, azafatos o auxiliar de vuelo, la denominación es lo de menos. Todas estas acepciones se refieren a un trabajo que permite pasear por las terminales de los aeropuertos más importantes del mundo. Son los profesionales que hacen más cómodo el viaje y velan por la seguridad de los pasajeros mientras atienden sus necesidades.
Entre las labores de un auxiliar de vuelo relacionadas con la seguridad se encuentra la comprobación de que el material de emergencia se encuentra en perfecto estado. Además, las azafatas hacen comprobaciones periódicamente para prevenir incendios y se aseguran que los pasajeros cumplen con todas las normas.
Y a pesar de ser un trabajo con mucho glamour, lo cierto es que es puramente vocacional, ya que en ocasiones supone trabajar largas jornadas y dormir poco.
Para ser auxiliar de vuelo hay que tener buena presencia. La mayor parte de las compañías requieren una estatura mínima, que suele ser como mínimo de 1,65 metros en el caso de las mujeres y 1,70 en el caso de los hombres, si bien en compañías extranjeras la estatura mínima de las mujeres puede rebajarse a 1,57 metros. También hay que ser mayor de edad y preferiblemente, tener entre 21 y 32 años si no tienes experiencia previa, y hasta los 35 años si se posee experiencia. Sin embargo, no hay edad máxima para seguir volando hasta la jubilación.
Otro factor determinante es la salud. Para ser tripulante de cabina de pasajeros hay que aportar un certificado médico clase 2 emitido por un centro autorizado, con el fin de comprobar que tu vista, oído, tu corazón y los análisis de orina y sangre están perfectos. Con más de tres dioptrías, por ejemplo, no puedes ejercer este puesto.
Los idiomas también son fundamentales para este trabajo. Se necesita un buen nivel de inglés hablado y escrito, y son altamente valorados otros idiomas como el alemán o el ruso. En cuanto a la experiencia, puede sumar puntos haber trabajado en algún puesto de atención al cliente. Además, contar con carnet de conducir y vehículo propio puede ser un elemento diferenciador que te permita conseguir el puesto de trabajo.
Por supuesto, hay que saber nadar, ya que hay que superar pruebas con las que tendrás que demostrar tu destreza como nadador. Tendrás que nadar 100 metros en dos minutos y medio, y también bucear. Además, es necesario tener disponibilidad geográfica.
La mayoría de las compañías exigen tener una formación mínima de Graduado en Educación Secundaria (ESO), aunque algunas valoran positivamente contar con un Grado universitario, principalmente si tiene relación con la Comunicación y las Relaciones Públicas. Para ejercer este pueblo deberías estudiar un curso especializado en una escuela homologada por Aviación Civil, que incluye materias como historia de la aviación, derecho, medicina aeronáutica, mecánica, psicología y geografía, así como inglés y extinción de fuegos.
Tras superar una prueba teórica y práctica obtendrás el certificado de TCP de la Dirección General de Aeronáutica Civil que te permitirá trabajar en cualquier compañía aérea española. Algunas compañías imparten su propio curso y es habitual que se exija la participación en cursos de actualización anuales.
El sueldo de un auxiliar de vuelo varía en función de la compañía aérea, si bien suele situarse por encima de los 20.000 euros anuales, aunque si se tiene antigüedad y la compañía tiene base en Madrid esta cifra puede subir hasta los 40.000 euros.
Ante la desventaja de tener que estar disponible 24 horas, especialmente en los comienzos, y tener un sueldo diferente cada mes, pues éste depende de los vuelos realizados, está la ventaja de poder viajar gratuitamente o a un coste muy económico, lo que se hace extensible también a la familia. Asimismo, el sueldo se ve completado con dietas si el trabajador tiene que hacer noche fuera de casa. Habitualmente se vuela unos 20 días al mes, con diferentes jornadas y horarios.