Las entrevistas de trabajo se suelen cimentar en preguntas del empleador y respuestas del candidato al puesto. En muchas ocasiones las cuestiones se repiten, independientemente del sector al que pertenezca la empresa y el puesto al que se opte. Contestarlas adecuadamente permitirá seguir adelante en el proceso de selección o, directamente, ser descartado. Estas son las preguntas más comunes en cualquier entrevista de trabajo y las respuestas más correctas.
Háblame de ti
Así suelen empezar muchas entrevistas laborales. Es una magnífica ocasión para presentarte, explicar tus intereses y, sobre todo, tus habilidades y competencias. Dado que es una pregunta muy abierta, para que la respuesta sea efectiva evita hacer referencia a aspectos que no tengan que ver con el mundo profesional. Es el momento adecuado para mostrar seguridad y confianza en ti mismo. Como remate, procura terminar con una frase similar a: “estoy buscando un cambio y muy motivado con la posibilidad de trabajar en esta compañía”.
¿Por qué quieres trabajar en esta compañía?
Esta cuestión se podría considerar una “pregunta trampa”. Muchos candidatos la utilizan para resaltar el gran papel de la compañía en el sector al que corresponde y otros entrevistados pecan de ser excesivamente sinceros y cuentan que lo que les interesa es trabajar, independientemente de la empresa. No hay que irse a ninguno de estos extremos. Lo mejor es centrarse en describir que la misión, visión y los valores de la empresa coinciden con tus objetivos laborales. Para poder contestar a esta pregunta adecuadamente conviene informarse previamente acerca de la compañía.
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¿Por qué eres la persona adecuada para este puesto?
Con esta cuestión el entrevistador no está buscando que le hables acerca de cuánto vas a crecer personal y profesionalmente en el puesto. Es mejor orientar la respuesta poniendo el enfoque en cómo vas a ayudar a la compañía a alcanzar los objetivos que ha previsto, poniendo en valor tu esfuerzo y tus habilidades. Si lo ves adecuado, puedes hablar de tus logros profesionales y académicos, y cualquier otro plus que consideres que sea importante para la empresa.
¿Cuáles son tus puntos fuertes y débiles?
Esta pregunta, que puede ser planteada de distintas maneras, es todo un clásico de las entrevistas de trabajo. No es el momento de ser humilde en tus fortalezas. Recalca aquellos puntos fuertes que puedan resultar del interés del entrevistador. En cuanto a los puntos débiles, huye de los más tópicos y trátalos como debilidades que estás mejorando, sin mostrar baja autoestima o menosprecio hacia ti mismo. En cualquier caso, conviene mostrarse sincero en este punto.
¿Cuáles son tus expectativas salariales?
Es más que probable que esta pregunta salga, de una u otra forma, en cualquier momento de la entrevista. Lo más conveniente, según los expertos, es no dar una cantidad concreta, sino una respuesta algo más ambigua, del tipo: “No tengo una cantidad establecida en mente ya que no tengo toda la información acerca de las responsabilidades que tendría que asumir”. Si te insisten, puedes optar por ofrecer una banda salarial que esté dentro de la media del mercado.
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