España es uno de los destinos favoritos de los estudiantes internacionales. Una preferencia que se mantiene durante las últimas tres décadas y que ha continuado en el curso académico 2018-2019 en el que se matricularon 1.044.898 alumnos en instituciones españolas.
El país, además, tiene una buena posición dentro del programa Erasmus+ de la Unión Europea, ya que se situó en el primer puesto –lo mantiene desde 2001-, en recepción de estudiantes Erasmus+ de Educación Superior en el período 2018-2019, superando a Alemania, Francia, Reino Unido o Italia, mientras que ocupa la segunda posición en envío de estudiantes, estando solo por detrás de Francia y estando a una significativa distancia con el resto de países que participan en el programa.
Pese a ello, el 47% de las matrículas se produce en programas de lengua española, siendo las más numerosas. A continuación, se hallan las de los estudiantes del Instituto Cervantes con el 27%, mientras que el 26% restante se corresponde con másteres, grados, estudios de Study Abroad y estudiantes Erasmus+.
Esta afluencia de estudiantes tiene un impacto económico positivo en la economía del país, ya que se estima que la matriculación de alumnos internacionales en España genera unos 3.800 millones de euros.
El efecto multiplicador del gasto es de 2,27 euros. De esta manera, por cada euro que pagan en el programa académico, los estudiantes internacionales gastan en el país 1,27 euros más en restaurantes, alimentación, ropa, viajes y transporte, según se recoge en el estudio ‘El Impacto Económico de los Estudiantes Internacionales en España’, que ha sido realizado por ICEX España Exportación e Inversiones y la asociación EDUESPAÑA.
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En todas las categorías formativas los estudiantes gastan más en aspectos académicos adicionales de su experiencia que en su matrícula, con la excepción de los másteres. No obstante, los estudiantes internacionales matriculados en másteres son los que generan mayor impacto, seguidos de los de grado. Ambos suponen el 65% del impacto económico total de la exportación española de servicios educativos.
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La afluencia de estudiantes internacionales también redunda en las arcas públicas, ya que su gasto indirecto –es de 2.122.311.675 euros- está sujeto a IVA, tributando a tipos del 4% al 21%. Además, se contrata a personal en las empresas e instituciones educativas. Por ejemplo, en el caso de los Study Abroad, escuelas de idiomas e Instituto Cervantes se contrata a cerca de 7.791 profesores y personal, realizando pagos a la administración de la Seguridad Social.
El impacto de los estudiantes internacionales no solo se mide en términos económicos, ya que hay otros beneficios intangibles como la propia formación que recibe, la exposición a la cultura española y los lazos que estrecha con el país, que suelen mantenerse durante toda la vida. “Estos estudiantes internacionales, que se convertirán en grandes profesionales, siempre verán en nuestro país una oportunidad para realizar inversiones, para construir alianzas de colaboración y serán prescriptores de España”, explica Xiana Méndez, secretaria de Estado de Comercio.
Son datos que ponen de manifiesto la importancia de la llegada de estudiantes internacionales tanto por su importante impacto económico como para el sector educativo, ya que los profesionales altamente cualificados que se contratan podrían pasar a estar desempleados sin esta actividad.
Pero también son datos que alertan de lo que podría suceder si la formación migra hacia sistemas virtuales, ya que se reduciría el gasto de los alumnos internacionales por su menor presencia, lo que conllevaría a pérdidas de ingresos no solo en las empresas educativas, sino en diversas industrias por el gasto que realizan también en otras áreas durante su estancia.
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