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El boom de las clases particulares en España: ¿un bien de lujo o de primera necesidad?

El boom de las clases particulares en España: ¿un bien de lujo o de primera necesidad?

Profesora de clases particulares junto a estudiantes en el aula.

La demanda de las clases particulares se ha disparado en España en los últimos años, pasando de ser un bien de lujo a uno de primera necesidad. Así lo señala el informe “Educación en la sombra en España”, elaborado por Juan Manuel Moreno, profesor de la UNED, y publicado por Esade.

El boom de las clases particulares en España: uno de cada cuatro recibe clases

El 24% de los estudiantes se apoya en clases particulares. Una cifra que aunque aún está lejos de las que presentan otros países europeos y asiáticos, no ha dejado de crecer en el periodo comprendido entre 2006 y 2020.

El gasto medio de las familias en profesores particulares es de 751 euros anuales. Y en una década se ha triplicado, pasando de los 246 millones de euros que suponía en 2006 a 732 millones en 2017.

Ante esta tendencia, los expertos apuntan a los peligros inherentes a esta demanda, ya que se ha comprobado que en algunos países los profesores están guardando parte de los materiales para sus propias clases particulares. El acceso a estas clases, además, no es equitativo, ya que los hogares ricos gastan hasta cinco veces más que los hogares más pobres.

A pesar de ello, los hogares de ingresos medios y bajos cada vez dedican más parte de su presupuesto a contratar profesores particulares, lo que está motivado por la bajada de la confianza respecto a la calidad de la escuela formal.

Situación en España

En España, las clases particulares están más centradas en recuperar y reforzar que en perfeccionar y ampliar, especialmente en matemáticas. Es, además, una tendencia que está creciendo en pequeños municipios y zonas rurales.

Y en 2020, como consecuencia del confinamiento, se dio principalmente en los hogares con ingresos más elevados. Todo ello se debe, según el estudio, a las altas tasas de fracaso y repetición y un clima generalizado de competitividad por entrar en la universidad. Por ello, las familias han tomado las riendas en los itinerarios educativos de sus hijos e invierten más en ellos al no disponer de tiempo para ayudarles en sus tareas escolares. Hay extraescolares que se dedican exclusivamente en organizar la agenda del niño.

Por otro lado, el estudio demuestra que cada vez hay más agencias y buscadores de profesores particulares. En este sentido, uno de los retos que ofrecen las clases particulares es la regulación. Los expertos consideran que las soluciones pasan por políticas para contener la demanda más que para frenar la oferta.

Esto se traduce en clases más personalizadas, ya que un crecimiento de la conocida como “enseñanza a la sombra” podría impactar en la financiación pública de la educación formal. Esto tendería a consolidar las desigualdades existentes hoy en día. Esto requiere políticas educativas de gran calado, sobre todo en materia de evaluación, exámenes externos, certificación del aprendizaje, orientación personal y profesional.

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