Desde el momento en que te conviertes en padre o madre, hay una cuestión que es imborrable: ¿cómo hacer que mis hijos sean felices? No existe una fórmula mágica para lograrlo, pero sí ciertas pautas que se pueden seguir para acercarse lo más posible a la felicidad de los niños.
Y es precisamente en la crianza donde reside el éxito de ese objetivo. Así lo exponen la psicoterapeuta danesa Iben D. Sandahl y la columnista estadounidense Jessica J. Alexander en su recién estrenado libro Cómo criar niños felices (Ediciones Temas de Hoy) en el cual revelan el secreto de uno de los países más felices del mundo: Dinamarca.
«Niños fuertes y emocionalmente seguros se convierten en adultos fuertes y seguros»
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Cuestión de legado entonces. Pero, ¿y en la escuela? Jessica J. Alexander revela a aprendemas.com que hay cuatro rasgos clave que destacan de la educación danesa:
– hay un gran enfoque al juego libre
– se enseña activamente a ser empáticos
– los niños daneses no tienen deberes ni obtienen calificaciones hasta etapas escolares posteriores
– es un sistema educativo muy democrático mediante el cual los niños se involucran en la toma de decisiones y se realizan numerosas actividades en grupo, lo que también fomenta la empatía.
En el libro se pueden leer afirmaciones como «todos estamos programados con empatía, sólo tenemos que aprender a conectar los cables para que funcione». Pero, ¿cómo lograrlo? La autora explica que se puede fomentar leyendo historias que abarquen todas las emociones y que no siempre tengan un final feliz, hablando sobre las emociones y también jugando más.
«A veces se nos olvida que educar, así como amar, es un verbo que debe conjugarse»
Junto a la empatía, hay otros valores importantes como el respeto y la honestidad que, según la investigadora, pueden trabajarse demostrando a los niños que se les entiende (conectar con ellos), así como enseñar a ser respetuoso para ser respetado. «No es fácil», confiesa, «es un trabajo de progreso, pero la recompensa es enorme».
Pero el día a día dificulta este trabajo progresivo ya que la falta de atención a los niños después de un duro día de trabajo o el estrés cotidiano hacen imposible pasar más tiempo con ellos. En Cómo criar niños felices las autoras ponen en primer plano lo que se denomina hygge o el tiempo de calidad con los niños. «Sin teléfonos, sin estrés, sin negatividad», indica la autora para explicar lo beneficioso que puede ser para las familias en torno a 20 minutos al día de ese tiempo de calidad con los hijos.
Entonces, ¿un niño seguro de sí mismo es un niño feliz? «La felicidad puede tener muchos significados», apunta la autora, «en danés hay una expresión å hvile i seg selv que significa descansar bien dentro de ti. Este es el gran objetivo de la crianza y educación en Dinamarca», prosigue, «creo que un niño que está bien consigo mismo es más feliz, precisamente cuando no necesita de una validación externa para sentirse bien, es decir, sentirte a gusto con uno mismo, ¡eso es maravilloso!».
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